sábado, 21 de junio de 2014

Educación e individuo

David De los Reyes



Un tema  que no puede dejarse de lado en la reflexión de Hegel es cómo vendrá a desarrollarse el hombre en tanto espíritu  mediante la educación.  Se ha dicho que el hombre sólo es aquello que él se hace mediante su actividad. Y es la actividad, en tanto apropiación de la cultura,  lo que amplía sus potencias o las reduce a permanecer en el cerco limitado de  su animalidad. Lo que el hombre debe ser está dibujado por la educación, añadiéndole la disciplina. La mediación de la educación y la disciplina es lo que obra  para la perfección del hombre en tanto ser creador del mundo.  Sin esas mediaciones de la educación y la disciplina  al hombre se le restan posibilidades de ser un ser racional y, por tanto, libre; el hombre es la determinación que le ha dado vida y da vida a partir de ella; es el deber.
Quedarnos únicamente en nuestra condición animal, despertar todo el instinto y la sensualidad, los sentidos y la percepción  sin desarrollar la racionalidad que somos nos arroja a una esclavitud o focalización con el mundo exterior. Por ello podemos comprender que el animal acaba pronto con su educación; lo cual no puede ser considerado como un beneficio para con él mismo.  El hombre es todo lo contrario, tiene que permanentemente hacer  a sí mismo lo que debe ser; debe adquirirlo todo por sí sólo por ser espíritu, razón, libertad; no le queda sino sacudirse su condición natural. Su ser es el resultado alcanzado por el ejercicio de su espíritu (mente: geist) mediante su acción, su educación, su disciplina.
¿Hombres o animales? Elije, si es que puedes…

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