martes, 24 de junio de 2014

Filosofía y consuelo 


Para Hegel, como para mí,  la filosofía no puede ser un consuelo. La filosofía  considera a la realidad como  una cosa corrupta, que puede aparecer como real, pero según el ojo hegeliano tal realidad no es en sí y por sí, no emana libremente como es en el hombre formado.  Puede decirse que la filosofía llega a consolarnos cuando nos permite comprender, mediante la razón, la representación que hacemos de una serie de sucesos  que implican absoluta infelicidad y locura, como son la mayor parte de todo lo que ocurre en el mundo de los hombres, pudiéramos agregar. Si fuese  solo consuelo  bastaría que la filosofía  viniese a ser un sustituto de un mal o de algo que no debiera suceder; pudiera ser un casi un instinto  o  sentimiento reflexionado para invocar un bien. Pero la filosofía debe ser algo más que consuelo, como ya hemos dicho; es  un purificarnos de lo real,  un proceder que remedia, ya con enunciarla, una injusticia inconsciente o aparente, un sacarnos todas las distracciones, deseos y envidias que engendran nuestro contacto con lo circundante y reconciliarnos con nuestra razón: ¡trabajo arduo! Para Hegel la razón sería un indicio de lo divino, debido a su conciencia luterana decimonónica; para nosotros el logos, lo racional, lejos de ser sagrado (como también para el venerado Heráclito: hiero logos), nos remite a la simplicidad del despertar de lo humano que impone las formas a la naturaleza. Así se engendran dos universos, el que habitamos y pertenecemos por materia y  el otro, el universo de la virtualidad de las formas o ideas, que construimos a partir de la evolución y conciencia de nuestra potencialidad racional.  De ahí que no busquemos consuelo en la filosofía, sólo esfuerzo que significa creatividad, y que es dicha, por vivir racionalmente el segmento temporal que nos ha tocado a cada uno aceptar. La filosofía no es consuelo, es trabajo en el primer mundo que tenemos: nuestra mente y las formas que se desprenden de ella irrumpiendo sobre la corrupta realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario